Hoy traigo un documento que he encontrado en el baúl de los recuerdos (llamese también disco duro externo). Cuando lo leí por primera vez hace unas semanas no recordaba haber escrito aquellas palabras, pero tras una segunda leída me vinieron recuerdos muy gratos. Lo escribí hará como un año, cuando aún dormía sobre un lecho de sueños. Soy una de esas personas con el don de los sueños, una de esas personas que puede dominar sus sueños hasta tal punto de crearlos a su antojo. Ese don ha ido esfumándose en poco tiempo pero aun quedan huellas en la noche. Cuando aun tenia ese don de volar en las noches, de ir de aventuras sin moverme de la cama y de crear mundos solos conocidos por mi; escribí este texto, un conjunto de sueños entremezclados para poderle dar forma de cuento. Sea por el motivo que sea no lo llegué a acabar pero lo he vuelto a encontrar entre muchos otros documentos y lo acabare. No hoy ni mañana, sino cuando vuelva a espavilar el don de los sueños, llevara tiempo pero es una segunda vez y será fácil de hacer.
Os dejo un primer trozo de la historia, una historia sin título y sin final pero que acabara teniéndolos.
“Pi Pi Pi Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii”
-¡Rápido, llamen al doctor!
Así llevan meses, ni la dejan morir en paz, ni la curan. Cada vez son menos frecuentes las crisis, pero digan lo que digan los médicos, tengo muy asumido su muerte. Lo mejor será que vuelva a casa, ya se lo que viene a continuación, siempre la misma historia.
-¿Ya te vas pequeña?
-Si, no tengo nada que hacer aquí.
-Pero en tu casa tampoco, si vienes te compro un bocata y así cenas un poco que te estas dejando mucho.
-No gracias, ya cenaré algo en casa.
Aquí igual, abro la puerta y me esperan las mismas personas de siempre, nadie. Abro la nevera y no encuentro nada, las tiendas ya están cerradas, lo mejor será echarse y esperar al siguiente día aunque sepa perfectamente que será igual que el de hoy.
-¿Dónde estoy? ¿Otro de mis sueños absurdos? No basta con el caos de mi vida como para que encima me pase lo mismo por las noches. Bueno lo mejor será que siga la corriente al sueño y así acabe lo antes posibles para volver a la cruda realidad, por muy mala que sea.
Estoy en un parque, parece normal aunque muy lúgubre, el cielo es de un color rojizo sangre y las plantas están muertas. No hay ni bancos ni columpios. Es muy simple, mas bien yo diría que es un gran jardín, aunque eso si, muy descuidado. Ando y ando hasta encontrarme con un seto de unos dos metros de altura, giro y busco los limites del seto. No tardo mucho en comprobar que el seto rodea todo el parque o lo que quiera que sea, no hay ni puertas ni nada por el estilo, estoy encerrada.
-¿Qué buscas?
Ya empezamos, no pueden haber sueños normales, ya estamos con voces que no pertenecen ha nadie.
-Yo soy alguien, así que mi voz si pertenece a alguien.
Vale asumo que esta voz me lee la mente, voy a dejarme llevar por el sueño, estoy demasiado cansada de la vida real como para cansarme también en los sueños.
-¿Qué es un sueño? Esto no es un sueño, es el jardín de entrada desde el exterior.
-Eso mismo debe de ser.
- ¿Deseas entrar? Yo de ti no lo haría, todos los insensatos que me han dicho que si luego no han vuelto, siempre me toca estar solito aquí, no hagas tu lo mismo.
-¿Entrar donde?
-Yo no lo sé, yo solo se donde esta la puerta, no se lo que hay al otro lado.
-Muy bien, y ¿dónde está la puerta?
-A muy bien, abandóname como hacen los demás.
-Pero si ni siquiera puedo verte, ¿como quieres que me quede para siempre?
-¿Cómo que no puedes verme? Estoy aquí abajo.